La decisión de hoy priva a millones de personas de un derecho fundamental, y también subraya la importancia de una protección justa y significativa de la privacidad de los datos. Todo el mundo merece tener un control estricto sobre la recopilación y el uso de la información que necesariamente dejan atrás al realizar sus actividades normales, como el uso de aplicaciones, las consultas en los motores de búsqueda, la publicación en las redes sociales, los mensajes de texto a los amigos, etc. Pero quienes buscan, ofrecen o facilitan el acceso al aborto deben asumir ahora que cualquier dato que proporcionen en línea o fuera de ella podría ser buscado por las fuerzas de seguridad.
Las personas deben revisar cuidadosamente la configuración de privacidad de los servicios que utilizan, desactivar los servicios de localización en las aplicaciones que no los necesitan y utilizar servicios de mensajería cifrados. Las empresas deben proteger a los usuarios permitiendo el acceso anónimo, deteniendo el seguimiento del comportamiento, reforzando las políticas de eliminación de datos, encriptando los datos en tránsito, habilitando el cifrado de mensajes de extremo a extremo por defecto, impidiendo el seguimiento de la ubicación y garantizando que los usuarios reciban un aviso cuando se busquen sus datos. Y los responsables políticos estatales y federales deben aprobar una legislación significativa en materia de privacidad. Todas estas medidas son necesarias para proteger la privacidad, y todas ellas deberían haberse adoptado hace tiempo.
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