A principios de este mes, el Noveno Circuito sostuvo que Twitter no actuó como el gobierno al prohibir el acceso a un usuario meses después de que una agencia gubernamental señalase a Twitter uno de sus tuits sobre un supuesto fraude electoral. O'Handley contra Weber es la última sentencia que rechaza los intentos de los usuarios de las redes sociales de responsabilizar a las plataformas por eliminar, desmonetizar o moderar de cualquier otro modo sus contenidos.

Twitter es una entidad privada, por lo que el gobierno y los tribunales no pueden decirle qué discurso debe eliminar o qué discurso debe difundir. La Primera Enmienda únicamente restringe la censura por parte del Gobierno, no de entidades privadas, a menos que esas entidades estén utilizando el poder gubernamental o actúen efectivamente como el Gobierno. Pero en el caso O'Handley, incluso si Twitter y el Gobierno estuvieran "generalmente alineados en su misión de limitar la difusión de información electoral engañosa[,] tal alineación no transforma la conducta privada en acción estatal".

Además, como argumentamos en nuestro informe amicus curiae sobre el caso, responsabilizar a Twitter de la moderación de contenidos probablemente violaría los derechos de la Primera Enmienda de la propia plataforma. Por ejemplo, cuando Twitter eliminó los tuits del demandante Rogan O'Handley y luego su cuenta, tomó una decisión editorial sobre qué contenido publicaría.

La demanda de O'Handley se basaba en el hecho de que la Oficina de Ciberseguridad Electoral de California marcó uno de los tuits de O'Handley por violar supuestamente la política de desinformación de Twitter. Pero como explicó el Noveno Circuito, Twitter ha desarrollado y aplicado esa política a su discreción, y el gobierno no ordenó a Twitter que tomara ninguna medida. El tribunal dijo, y nosotros argumentamos en nuestro escrito, que Twitter no es un actor estatal a menos que "cediera el control" de su proceso de moderación de contenidos al gobierno. En general, el gobierno es libre de hablar con Twitter, y Twitter es libre de escuchar (o no escuchar).

El Noveno Circuito señaló específicamente el acuerdo de usuario de Twitter con O'Handley como justificación de la moderación de contenidos, y se negó a decir si la Primera Enmienda también protege esa moderación. Pero muchos otros tribunales han desestimado estas demandas "retransmisión obligatoria o Must Carry" en virtud de la Primera Enmienda, incluido el tribunal inferior en este caso. O'Handley es la segunda decisión "publicada" del Noveno Circuito que rechaza una demanda de "must carry " -la primera fue Prager contra Google- y sienta un precedente claro para otros tribunales que estudien estos casos.

Por último, el tribunal declaró que O'Handley estaba legitimado para demandar al gobierno de California por marcar su tuit, pero que en última instancia no violó sus derechos de la Primera Enmienda porque marcar un tuit era mera expresión gubernamental y no coacción.